viernes, 19 de noviembre de 2010

Nocturno IV (Estamos solos)

Para la noche estaremos solos

colgados a una misma ausencia,

empalagados de las mismas palabras

y al mismo silencio cantaremos.

Para el día habremos partido

con el trinar de los cuerpos malolientes,

con el mismo sortilegio entre las piernas

y una viva lujuria por el mar.

Para el sueño nos habremos perdido

y lo que seamos de noche lloverá

y lo que tengamos de miedo soltará la carcajada sobre el pasto;

el cielo no nos pertenece más

ni un ápice de reclamo sobre la mesa.

Estamos solos, necios,

estamos a la misma altura de todo

y tu mirada no me dice nada,

esa risa vulgar que vaga descalza

no me ha movido un pelo.

Estamos solos, necia,

atados por la misma cabellera

a los momentos en que fuimos de tierra,

ardientes del último discurso, borrachos.

Con las uñas y los dientes persignados,

el póstumo ademán de desprecio

listo para saborearnos por la espalda…

Estamos solos, niña,

Murámonos ya.